sábado, 29 de diciembre de 2007


Un importante hallazgo arqueológico acaba de realizarse en Canímar Arriba, a escasos kilómetros de la ciudad yumurina, por miembros del grupo Espeleológico Manuel Santos Parga del Comité Espeleológico de Matanzas, exactamente a un kilómetro y medio al sur de Tumbadero, donde se encuentran las aguas del afluente Moreto con las del río Canímar. Y todo parece indicar que se tratan de los restos de los aborígenes mas antiguos que poblaron la mayor de las Antillas.
Según el arqueólogo Adrián Álvarez Chávez, se trata del primer hallazgo de osamentas indígenas reportado para el municipio de Limonar, sitio donde las anteriores investigaciones sobre el terreno habían demostrado evidencias materiales de la más antigua de las culturas que poblaron el archipiélago cubano, los llamados arcaicos.
Los primeros reportes fueron hechos por la arqueóloga Ayda Martínez Gabino en las inmediaciones del río Yaití, consistentes en herramientas de factura muy rudimentaria y compatible con la llamada “tradición lítica del oeste” correspondiente a los arcaicos, pero nunca fueron hallados los enterramientos aborígenes que se presumían destruidos por el paso del tiempo en una región que, sobre todo en el siglo XIX, tuvo una fuerte actividad comercial y utilizó las vías fluviales como medios para la extracción de las mercancías a la vecina ciudad de Matanzas.
Según señalan especialistas del ramo, los restos en cuestión pertenecen a unas cinco personas, dos de ellas niños de corta edad; de los restantes, uno es con seguridad un sujeto femenino.
El conjunto parece corresponder a un enterramiento en una pequeña solapa muy descubierta y sujeta a la acción de la lluvia que terminó por derribar el endeble piso y hacer descender por la pendiente los restos esqueléticos, casualmente hallados por el espeleólogo Bárbaro Carballo, quien de inmediato reportó el hallazgo para su oportuna información a la Dirección Provincial de Patrimonio a fin de realizar en su momento las operaciones de rescate del material expuesto a daño mayor.
De comprobarse que estos restos pertenecen a individuos aborígenes arcaicos, es decir con más de 8 000 años de antigüedad, se estará en presencia de uno de los más significativos hallazgos para este grupo indígena en la provincia de Matanzas y el primero en una localidad donde, en efecto, se sospechaba la posibilidad de encuentro con algunas evidencias materiales.
Todo el material es ahora objeto de estudio antropológico para precisar, con exactitud la identificación etérea, sexual y sobre todo la muy esperada cronológica.

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